Gobiernos Restringen Exenciones contra Vacunas

“Contra el cuerpo de un hombre sano, el Parlamento no tiene ningún derecho de acción; ni con el pretexto de la salud pública.” – Profesor FW Newman de Oxford.

“La vacunación es una ilusión, su ejecución un crimen penal!” – Profesor Alfred Russel Wallace en “El Siglo Maravilloso”

POR LUIS MIRANDA | THE REAL AGENDA | OCTUBRE 9, 2012

A pesar de que la premisa que sostiene la vacunación es simple pseudociencia y no tiene nada que ver con el método científico, los gobiernos de todo el mundo continúan insistiendo en que la gente literalmente sean obligados a utilizar estos cócteles tóxicos producidos por las grandes casas farmacéuticas. Los Estados Unidos siempre es el más claro ejemplo de cómo incluso cuando no hay una ley que obligue a las personas a usar vacunas — incluso si hubiera una, sería inconstitucional — los ‘oficiales’ del gobierno hacen todo lo posible para manipular a la gente contra su voluntad.

A través de los años, las personas que se han educado lo suficiente como para saber que las vacunas son peligrosas para la salud humana evitaron tomar vacunas mediante el uso exenciones religiosas y de otros tipos. Pero últimamente, los Estados han recurrido a todo tipo de trucos legales, o mejor dicho, ilegales, para obligar a los niños y a los adultos a tomar las vacunas.

Con los años, el número de personas — muchos de los cuales son doctores — que se ha educado y ha escrito acerca de las amenazas planteadas por las vacunas aumentó, por lo que los principales medios de comunicación y las “autoridades” de salud han encontrado nuevas formas de asustar a la gente y construir testaferros para dañar la reputación de aquellos que pretenden avisar al público sobre los peligros y el aumento escandaloso en el uso de vacunas.

Mientras que los que tratan de prevenir las enfermedades causadas por las vacunas son atacados en masa, este documento muestra cómo la National Vaccine Injury Compensation Program ha pagado a los niños y sus familias por daños causados o agravados por vacunas. Según el libro oficial que contabiliza el número de pacientes víctimas de efectos secundários causados por vacunas, al menos 2.100 familias e individuos han sido indemnizados.

Por desgracia para el establecimiento farmacéutico y sus cómplices profesionales de la salud, el creciente número de personas educadas incluye muchos médicos que se han quitado el velo de la cara. El testimonio de estos de médicos honestos es más valioso que nunca con estados como California obligando a los niños a tomar las vacunas con el fin de tener acceso a la escuela.

Junto con Washington y Vermont, California comenzó una campaña para hacer que sea casi imposible de rechazar las vacunas, mediante la limitación de servicios a los niños y adultos que están en contra de las vacunas. El estado de Nueva Jersey está estudiando maneras para exigir más a los padres a vacunar a sus hijos con el fin de estar en la escuela y otros programas comunitarios.

Aunque, en teoría, cada estado de EE.UU. tiene la prerrogativa de establecer su propia política de vacunación, la verdad es que el gobierno federal logró imponer sus propias reglas a los estados para que los burócratas den luz verde a las iniciativas que buscan hacer la opción de exclusión mucho más difícil para utilizar. Tenga en cuenta una vez más que en Estados Unidos no existe una ley estatal o federal que requiere que cualquier persona tome una vacuna. De hecho, los padres o tutores son los únicos decisores a la hora de medicar a sus hijos.

Con más padres que deciden educar a sus hijos en el hogar, el gobierno ha tenido mas problemas al intentar obligar a los padres a vacunar a sus hijos, así que los “funcionarios y la prensa corporativa también han tratado de denunciar educación en el hogar como una forma arcaica, loca para criar a un niño.

Hoy en día, antes de llegar a los 10 años de edad, los niños deben haber sido vacunados contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, la hepatitis B, la bacteria Haemophilus influenzae, el sarampión, las paperas y la rubéola, la polio y la varicela. En total, un niño puede recibir más de 30 vacunas antes de que llegue a los 11 años de edad.

Los principales medios de comunicación por lo general representan la existencia de excepciones como un gran favor, pero se olvidan de señalar que es un asunto propio de un individuo el decidir qué hacer con su cuerpo. Ni el gobierno ni las autoridades escolares tienen autoridad alguna para obligar a nadie a inyectar productos químicos tóxicos en un niño o en sí mismo. La excusa habitual es que alguien que no ha sido vacunado pone en peligro la salud de los demás, aunque este argumento no tiene ningún sentido lógico. La idea de que una o más personas no vacunadas ponen peligro la salud del resto se origina en el pensamiento colectivista que argumenta a favor de las masas diciendo que son más importantes que el propio individuo.

Hasta el momento, el éxito de las campañas de vacunación se basan en la ignorancia de los padres que tienen miedo de no tener una escuela donde dejar a sus hijos todas las mañanas. Estos padres no entienden que al dejar a sus hijos a merced del Estado, están efectivamente renunciando a sus derechos como padres. Es por eso que estados como California han tratado de crear leyes que inhabilitan a los padres como los tutores responsables de sus propios hijos, haciendo “responsables” a los jóvenes a la hora de tomar decisiones que van desde dar su consentimiento para la aceptación de las vacunas a utilizar métodos anticonceptivos.

Los políticos y los medios de comunicación buscan engañar a las personas justificando la necesidad de vacunaciones en el potencial de propagación de enfermedades si las personas no se vacunan, aunque la realidad demuestra todo lo contrario. Las vacunas no han impedido nunca la propagación masiva de ninguna enfermedad, pero si han ayudado a propagar muchas de ellas. Detrás de la política gubernamental de vacunación están las poderosas compañías farmacéuticas que llenan sus cuentas bancarias con dinero cada año mediante la venta de productos farmacéuticos a los gobiernos, diciendo que la idea de que alguien no se vacune puede ayudar a propagar la enfermedad a un punto donde la infección puede propagarse sin control.

Recientemente, un hombre de California llamado Kevin Barret, publicó este comentario en un artículo de una supuesta revista científica que intendó en su artículo adoctrinar a los lectores sobre las bondades de las vacunas:

“El Departamento de Salud de California utilizó la coerción extrema para convencernos de vacunar a nuestro hijo de tres semanas de edad, contra la hepatitis B (enfermedad de transmisión sexual – no es un gran riesgo para los bebés). Inmediatamente después de la vacuna, mi niño entró en coma emocional – trauma extremo obvio – que duró unos tres días. Fue diagnosticado más tarde con autismo. El sufrimiento que hemos experimentado debido a nuestra mala decisión es indescriptible. Después de estudiar el tema — yo soy un Ph.D. con tres Masters, así que sé cómo hacer investigación — creo que necesitamos una revolución en este país por muchas razones, una de ellas es evitar que la industria médica nos infecte con inyecciones llenas de formaldehído , mercurio y otras toxinas extremas. Mi amigo el fallecido Lynn Margulis, el gran biólogo del siglo, dijo en mi programa de radio que, por regla general, nadie nunca debe inyectarse nada, nunca – sin duda no las cosas en las vacunas! La barrera cutánea está ahí por una razón. “

Como sucede a menudo, Barret fue atacado rápidamente por personas que se limitan a regurgitar puntos de discusión alimentados por los medios de comunicación, pero que no citaron  un solo enlace a un documento o estudio independiente llevado a cabo que demuestre que las vacunas tienen la capacidad de tratar o curar enfermedades. Yo mismo no he encontrado uno en 9 años de investigación.

Sin embargo, los grupos que promueven la vacunación como la solución a la enfermedad de todos y cada uno, ni siquiera ocultan el fraude detrás del alarmismo de sus campañas que tratan de asustar a la gente para que se inyecten. La mayoría de los médicos que a sabiendas o no promueven las vacunas como la mejor manera de tratar o curar enfermedades creen que la gente finalmente sucumbirá a la vacunación, dado el factor de miedo detrás de los brotes. Esa es la opinión de Paul Offit, jefe de la división de enfermedades infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia, quien dice que “la gente estará más obligada por el miedo que por la razón.”

Yo diría que su raciocinio es bastante bueno, excepto que el miedo viene de los peligros que suponen las vacunas. La gente seguirá buscando segundas y terceras opiniones con respecto a los peligros de las vacunas y hoy más que nunca, los adultos y los padres son más propensos a evitar inyectar a sus hijos con las toxinas contenidas en las vacunas. El mes pasado, Healthcare Finance News informó sobre cómo las ventas de vacunas disminuyeron por primera vez en décadas. “Hubo una caída de 30 por ciento en el mercado de las vacunas de la gripe en 2011”, que se atribuye a una temporada de gripe leve. Este hecho no disminuye los ingresos de las compañías farmacéuticas ya que los gobiernos compran cantidades gigantescas de vacunas para almacenar en el caso de lo que las autoridades llaman “brotes peligrosos”.

La verdadera razón detrás de todo esto es la realización a la que llegan millones de personas que el alarmismo que vino de los gobiernos y los conglomerados farmacéuticos en 2009 fue solo un intento de hacer dinero rápido a través de la venta de vacunas cuya eficacia y seguridad han sido siempre cuestionables.

Como explicó el doctor James Garth Wilkinson en 1876, “la vacunación obligatoria es un ejemplo de la ley, que ocasiona enfermedad y posiblemente la muerte en el cuerpo humano y que propaga y disemina la infección letal en los animales y la humanidad. Este es sin duda un ejemplo de una ley que no se basa en la sabiduría o la cordura y es una amenaza para la salud y la seguridad de la humanidad y del Estado. Este acto sorprendente es la locura homicida de toda una profesión. Esto es un asesinato sangriento“.

Si hace ya casi 40 años que se saben las consecuencias negativas de las vacunas, ¿Porqué hay médicos, políticos y burócratas que obligan al ciudadano a inyectar estos químicos en su cuerpo?

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Anticuerpos Inducidos por Vacunas No son Necesarios para Combatir Enfermedades

POR LUIS MIRANDA | THE REAL AGENDA | 7 ABRIL 2012

Históricamente, el establecimiento médico-farmacéutico ha empujado vacunas como la solución milagrosa para cada problema de salud que los seres humanos enfrentan. Las casas farmacéuticas de  llegaron a la conclusión de que las vacunas eran necesarias porque el cuerpo necesita desarrollar los anticuerpos necesarios para combatir enfermedades y las vacunas son la mejor herramienta para garantizar que el sistema inmunológico humano tenga la capacidad de producir estos anticuerpos. Sin embargo, las vacunas son ineficaces, cócteles tóxicos de metales pesados y virus vivos que no sólo no previenen las enfermedades, sino que más bien las causan.

Innumerables estudios — por favor, hagan su propia investigación — han demostrado la relación entre los ingredientes de las vacunas, como el mercurio, escualeno, adyuvantes y condiciones médicas tales como el autismo, el cáncer, las condiciones del sistema nervioso, daño cerebral, y así sucesivamente. Profesionales médicos como Russell Blaylock y Andrew Wakefield han hablado interminablemente acerca de los peligros que suponen las vacunas — como son producidas y administradas — para la salud humana. Pero a pesar de los numerosos estudios y las advertencias de los profesionales de la medicina, las autoridades sanitarias y las compañías farmacéuticas siempre han trabajado al unísono para imponer normas — no leyes — que todos deben ser vacunados por su propio bien.

Aunque la mayoría de las políticas oficiales del gobierno indican que las vacunas están debidamente probadas y monitoreados continuamente por los efectos secundarios y reacciones, la mayoría de las vacunas se prueban y supervisan apenas por los productores de esas vacunas, que envían sus resultados a las autoridades “vigilantes”. Dichas autoridades dan a los fabricantes el visto bueno para producir las vacunas en masa, las cuales más tarde recomiendan y añaden a la lista que cada vez un número mayor de personas se inyectan, especialmente niños, que deben ser inyectados desde el nacimiento.

Sólo que ahora hay un problema, un problema nuevo, para el cartel médico-farmacéutico: El cuerpo humano no necesita anticuerpos inducidos por las vacunas para combatir enfermedades, virus, bacterias u otros agentes patógenos. Nuestro sistema inmune en realidad tiene la capacidad de producir anticuerpos naturales que a su vez funcionan como defensas contra las enfermedades. El sistema inmunológico humano está compuesto por elementos originales y otros que son fabricados por el cuerpo  — creados después que una persona nace y crece — que trabajan juntos para mantener el cuerpo a salvo de enfermedades sin la necesidad de productos artificiales, creados en laboratorios. Esto puede venir como una sorpresa para muchos, pero no es algo nuevo para otras personas que con libertad e independencia se educan acerca de cómo prevenir y curar enfermedades.

La pseudociencia que sostiene las políticas de vacunación establece que cuando una persona se inyecta con una vacuna, el sistema inmunológico responde a los ingredientes de la vacuna como si se tratara de un ataque real de un virus o cualquier otro patógeno. El cuerpo responde a este supuesto ataque mediante la creación de anticuerpos para tratarlo. En el futuro, si el virus o el organismo ataca a la persona una vez más, el sistema inmunológico sabe cómo reaccionar y defenderse del ataque. Esto se explica como si el sistema inmunológico “aprende” cómo actuar en caso de una infección. El problema es que el supuesto “aprender” cómo luchar contra la enfermedad es algo que el cuerpo ya sabe cómo hacerlo, es una habilidad natural, como lo es su capacidad para producir anticuerpos. La reacción inducida de la vacuna está realmente alterando la respuesta natural del sistema inmune humano lo que a su vez lo perjudica, pues a lo largo del tiempo, el cuerpo no podrá responder a otros viruses u organismos que pueden causar enfermedades que no sean esos inyectados a través de una vacuna. Este es el caso de la gripe estacional.

El virus de la gripe es un organismo que siempre cambia; que nunca es el mismo. Cuando la gente se inyecta con la vacuna contra la gripe estacional, que contiene la cepa del año pasado, la nueva cepa no tiene ningún problema de penetrar en un sistema inmunológico degradado que no sólo es indefenso frente a ella, sino también incapaz de lidiar con la nueva versión del virus por sí mismo.

Aquí es donde el estudio publicado en la revista Immunity viene muy bien. El estudio muestra que los anticuerpos inducidos por las vacunas no son capaces de luchar contra la enfermedad por sí mismos, una característica que sólo está presente en forma natural en los anticuerpos generados por nuestro sistema inmunológico. Este es el hecho que absolutamente echa por tierra el mito de que las vacunas son necesarias para mantenerse libre de virus o bacterias que pueden causar enfermedades. Como en muchos otros casos, la supuesta teoría científica es sólo eso, teoría. Tal como se menciona en el estudio, las vacunas no ayudan a prevenir o combatir las infecciones. “Nuestros resultados contradicen la visión actual que los anticuerpos creados en respuesta a las vacunas son absolutamente necesarios para sobrevivir a infecciones con virus como el VSV (virus de la estomatitis vesicular), y establecer una función inesperada para las células B como custodios de los macrófagos en la inmunidad antiviral,” dice el Dr. H. von Andrian Uldrich de la Universidad de Harvard Medical School.

El Dr. von Andrian añadió que “será importante diseccionar el papel de los anticuerpos y los interferones en la inmunidad contra los virus similares que atacan el sistema nervioso, como la rabia, el virus del Nilo Occidental y Encefalitis.”

Así que si las vacunas no funcionan como las grandes casas farmacéuticas anuncian, y además son perjudiciales para el sistema inmunológico natural, ¿por qué las agencias gubernamentales siempre  recomiendan que todos las utilicen? De acuerdo con el neurocirujano Russell Blaylock, las vacunas inhiben el sistema inmunológico de producir citoquinas de tipo Th2, además de suprimir la inmunidad celular. El resultado es un debilitamiento del sistema inmune que resulta en un cuerpo más débil que serán más vulnerables a enfermarse, pero que también tardan más en recuperarse. Lo que los resultados de este estudio representan es el último clavo en el ataúd de la pseudociencia de las vacuna. Las vacunas han pasado de ser el mejor invento desde la aparición de la rueda, a convertirse en un mal peligroso, pero necesario, a un método ineficaz para combatir enfermedades.

“Por increíble que parezca, nunca se han realizado estudios controlados que comparen una población de pacientes vacunados versus otro grupo de pacientes no vacunados,” dice el Dr. Phillip Incao. La crítica del Dr. Incao está respaldada por muchos profesionales médicos independientes, como el médico Harold Buttram. “Nunca ha habido ningún estudio de esta naturaleza, y al parecer nunca ni siquiera han sido intentados,” dice el Dr. Buttram.

Además de la información anterior, es importante decir que los actuales sistemas obligatorios de vacunación — no existe una ley que obliga legalmente a nadie para tomar una vacuna — en casi todos los países violan el Código de Nuremberg, el conjunto de reglas que todos los profesional de la medicina deben seguir, pero que implementan unos pocos cuando se trata de la utilización de vacunas. Según el Sistema de Información de Efectos Adversos causados por Vacunas (VAERS), hubo al menos 2.142  muertes confirmadas y 3.177 personas con discapacidades permanentes entre 1991 y 2001. Vea Vigilancia Después de la Inmunización. Pero en realidad, las estadísticas completas muestran que las consecuencias son mucho peores. Las muertes ascienden a entre 21.420 – 142.800 muertes, si se tiene en cuenta que sólo el 1,5 a 10% de los eventos adversos son reportados.

De acuerdo con el Instituto Mundial de la Vacuna, las vacunas son responsables de causar enfermedades como el SIDA, Cáncer, Diabetes, pérdidad de audición y visión, hepatitis B, MMR, paperas, polio, rubéola y el autismo, sin que nadie nunca haya demostrado que una sola vacuna curó o ayudó a tratar ninguna enfermedad.

Si tienes curiosidad por saber cuáles son algunos de los ingredientes utilizados en la producción de vacunas — muchos de los cuales se acumulan en tu cuerpo — por favor, se valiente y mira la lista proporcionada por la CDC.

Las vacunas nunca ayudaron a disminuir la incidencia de ninguna enfermedad, y mucho menos a curar a nadie.

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