El Clima no se ha tornado más Extraño

La última investigación contradice la idea de que las tormentas son cada vez más extremas.

Wall Street Journal
Adaptación Luis R. Miranda
Febrero 13, 2010

La semana pasada, una fuerte tormenta congeló Dallas bajo una capa de hielo; perturbando así los planes de decenas de miles de aficionados al fútbol que visitaron la ciudad para el Super Bowl. En Australia, el ciclón Yasi golpeó el noreste de ese país, destruyendo casas y cultivos y desplazando a cientos de miles de personas.

No hay evidencia en este estudio que sugiera que las grandes tormentas tropicales son causadas por la actividad humana y las emisiones que vienen con esta.

Algunos alarmistas del clima nos quiere hacer creer que estas tormentas son otra consecuencia desastrosa de las emisiones de CO2. Además de los eventos más recientes, ellos apuntan también a los ciclones en Myanmar, el frío mortal del invierno pasado en Nepal y Bangladesh, tormentas de nieve en Gran Bretaña en diciembre y todas las sequías, huracanes y olas de calor fuera de plazo en todo el mundo.

¿Pero es verdad? Para responder a esta pregunta, es necesario comprender si las tendencias recientes del clima son extremas en términos históricos. El Proyecto Reanalítico del Siglo XX es el último intento para saber si esto es cierto. El estudio utilizó supercomputadoras para generar un conjunto de datos sobre la circulación atmosférica global desde 1871 hasta la actualidad.

Los resultados iniciales del proyecto, publicado el mes pasado, no muestran evidencia de que exista una tendencia de intensificación del tiempo. “En los modelos climáticos, las tendencias extremas son aún más extremas a medida que avanzamos hacia un mundo donde las emisiones de CO2 se han duplicado”, dijo el científico atmosférico Gilbert Compo, un investigador del proyecto, quien también es profesor de la Universidad de Colorado en Boulder . “Así que nos sorprendió que ninguno de los tres principales índices de variabilidad climática que utilizamos mostraran una tendencia a aumentar la circulación desde 1871 hasta ahora.”

En otras palabras, los investigadores no han encontrado evidencia de que haya aumentado el número de fenómenos meteorológicos extremos en el periodo, contrariamente a lo que predicen los modelos. “No hay datos aún para responder a la pregunta de cómo la actividad humana ha afectado el clima”, añade Roger Pielke Jr., otro investigador del clima de la Universidad de Colorado.

Sabemos que el dióxido de carbono y otros gases atrapan e irradian calor. También sabemos que los humanos han estado emitiendo cada vez más de estos gases desde la revolución industrial. Lo que no se sabe exactamente es que tan sensible es el clima al aumento de los gases de efecto invernadero en relación con una posible variación con otros factores como la radiación solar, las corrientes oceánicas, ciclos de calentamiento y enfriamiento del Pacífico, las fluctuaciones gravitacionales y magnéticas planetarias, y así sucesivamente.

Dadas las incertidumbres, es posible que incluso si usted gasta billones de dólares, y renuncia a billones de dólares más en el futuro crecimiento económico para reducir las emisiones de carbono a los niveles pre-industriales, el clima seguirá cambiando, como siempre ha sucedido.

Eso no significa que estamos indefensos. Hay por lo menos una lección que podemos extraer de los últimos tiempos: Pase lo que pase, la prosperidad ha ayudado en la preparación. La tormenta de hielo causó estragos en Texas y dejó a cientos de aficionados frustrados, con frío y enojados. Pero gracias a una moderna infraestructura, al sistema de salud en el siglo 21, y los inventarios de cloruro de magnesio para limpiar la nieve, la tormenta no causó muertes y Dallas fue capaz de acoger el gran partido del domingo.

Compare este resultado con las 55 personas que murieron por neumonía, problemas respiratorios y otras enfermedades relacionadas con el frío en Bangladesh y Nepal, donde las temperaturas cayeron a apenas por encima de cero el invierno pasado. Incluso los países ricos pueden ser tomados por sorpresa: Miles de personas quedaron presas el aeropuerto de Heathrow quiso ahorrarse materiales y dejó acumular cinco centímetros de nieve dos días antes de Navidad. El PIB de Gran Bretaña se contrajo 0,5% en el cuarto trimestre de 2010 según el Instituto Nacional de Estadística, y la culpa de todo, según este organismo es el “mal tiempo.”

Dijeron que el calentamiento global fue un factor en este caso. O por lo menos la idea del calentamiento global fue. La Fundación de Políticas para el Calentamiento Global, dice que las autoridades británicas están tan concientizadas con la idea de que el futuro de Gran Bretaña será más cálido, que poco se hace para prepararse para las tormentas de invierno que puedan llegar al país.

Sólo una pequeña parte de los miles de millones que los contribuyentes británicos gastan en tratar de controlar el clima podría haber sido utilizado para comprar materiales que ayudaran al aeropuerto a recuperar pronto la normalidad. Y con una fracción de lo que se paga en impuestos, los bengalíes y nepalenses podrían haber comprado las máscaras y antibióticos para sobrevivir a su ola de frío.

Una comparación de los ciclones Nargis y Yasi cuenta una historia similar: Tan devastador como fue YASI para la infraestructura de Australia, la medicina y los protocolos de emergencia para tormentas de categoría 5 favoreció para que esta solo matara a una persona hasta el momento. Los australianos están considerando todas las formas en que puedan mejorar y proteger sus bienes y la economía.

Pero si se sientan a contar sus bendiciones, sólo tienen que mirar hacia el ciclón que azotó el delta del Irrawaddy en 2008. El régimen militar de Myanmar no permitió que existiera una economía real antes de que el ciclón Nargis llegara, pero este destruyó casi todo lo que había en el Delta. Después, la junta bloqueó a los trabajadores extranjeros que traían ayuda -agua purificada y suministros médicos necesarios. Al final, el gobierno dejó que Nargis matara a más de 130.000 personas.

Los alarmistas del calentamiento global insisten en que la actividad económica es el problema cuando la evidencia disponible muestra que ella y parte de la solución. Puede ser que no seamos capaces de evitar los desastres relacionados con el clima, pero podemos asegurarnos de que tenemos los recursos para hacer frente a estos cuando nos afecten.

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